"¿Puede ser este resurgimiento de los medios interactivos una burbuja tal como sucedió a fines de los años noventa? Y la respuesta es un categórico NO.
Cuando a finales de los noventa vivimos el explosivo entusiasmo en torno a Internet, no fue un frenesí basado en la real llegada de los anunciantes a la red, ni a una sólida facturación de la industria, ni a haber llegado a ser un medio masivo; todo se basó en proyecciones. Estos pronósticos suponían que Internet sería algo masivo muy próximamente, que los anunciantes se volcarían de inmediato a este sistema de comunicación, y que consecuentemente la facturación de la industria crecería en forma exponencial.
La famosa explosión de la burbuja no significó que de un día para el otro Internet perdiera usuarios, ni anunciantes, ni velocidad de navegación; solo fue una baja dramática en el valor de las acciones de empresas puntocom, al haberse notado que las proyecciones de crecimiento habían sido excesivamente optimistas.
Hace un tiempo que estamos viviendo nuevamente un buen clima dentro de la industria. ¿Y por qué entonces esto que vivimos no es otra burbuja? Por el hecho que hoy el crecimiento no se evidencia en el precio de las acciones puntocom, sino en el crecimiento de la audiencia, de la banda ancha, mejores contenidos y la presencia masiva de anunciantes, y estos son hechos fácticos y no pronósticos.
Es muy extraño encontrar una persona que haya abandonado Internet, es muy raro pensar que la velocidad de navegación y los contenidos de la red empeorarán con el tiempo, y tampoco es habitual encontrarse con anunciantes que hayan hecho una primera experiencia en Internet y no hayan vuelto a pautar con la misma o mayor intensidad. Todo esto sostiene que los medios interactivos sólo seguirán creciendo, y no están viviendo una burbuja de optimismo basada en futurología sino una realidad. Con distinta velocidad según cada país de Latinoamérica, los medios interactivos atraviesan una senda auspiciosa, pero esta vez el crecimiento es orgánico, firme y sostenido.”
Para citar un sencillo ejemplo podemos aludir a los celulares. Estos pequeños “aparatos” hoy en día se han vuelto esenciales en la vida de una persona debido a las características, ventajas y comodidades que poseen. Una persona puede guardar, anotar, llamar, enviar, observar, escuchar, buscar, jugar, investigar, y mas acciones posibles, realizadas momentáneamente, tan solo con un aparato del tamaño de una mano.
Como este podemos encontrar numerosos ejemplos mas que son posibles a través de los permanentes avances tecnológicos.
Cuando a finales de los noventa vivimos el explosivo entusiasmo en torno a Internet, no fue un frenesí basado en la real llegada de los anunciantes a la red, ni a una sólida facturación de la industria, ni a haber llegado a ser un medio masivo; todo se basó en proyecciones. Estos pronósticos suponían que Internet sería algo masivo muy próximamente, que los anunciantes se volcarían de inmediato a este sistema de comunicación, y que consecuentemente la facturación de la industria crecería en forma exponencial.
La famosa explosión de la burbuja no significó que de un día para el otro Internet perdiera usuarios, ni anunciantes, ni velocidad de navegación; solo fue una baja dramática en el valor de las acciones de empresas puntocom, al haberse notado que las proyecciones de crecimiento habían sido excesivamente optimistas.
Hace un tiempo que estamos viviendo nuevamente un buen clima dentro de la industria. ¿Y por qué entonces esto que vivimos no es otra burbuja? Por el hecho que hoy el crecimiento no se evidencia en el precio de las acciones puntocom, sino en el crecimiento de la audiencia, de la banda ancha, mejores contenidos y la presencia masiva de anunciantes, y estos son hechos fácticos y no pronósticos.
Es muy extraño encontrar una persona que haya abandonado Internet, es muy raro pensar que la velocidad de navegación y los contenidos de la red empeorarán con el tiempo, y tampoco es habitual encontrarse con anunciantes que hayan hecho una primera experiencia en Internet y no hayan vuelto a pautar con la misma o mayor intensidad. Todo esto sostiene que los medios interactivos sólo seguirán creciendo, y no están viviendo una burbuja de optimismo basada en futurología sino una realidad. Con distinta velocidad según cada país de Latinoamérica, los medios interactivos atraviesan una senda auspiciosa, pero esta vez el crecimiento es orgánico, firme y sostenido.”
Para citar un sencillo ejemplo podemos aludir a los celulares. Estos pequeños “aparatos” hoy en día se han vuelto esenciales en la vida de una persona debido a las características, ventajas y comodidades que poseen. Una persona puede guardar, anotar, llamar, enviar, observar, escuchar, buscar, jugar, investigar, y mas acciones posibles, realizadas momentáneamente, tan solo con un aparato del tamaño de una mano.
Como este podemos encontrar numerosos ejemplos mas que son posibles a través de los permanentes avances tecnológicos.
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